sábado, 18 de abril de 2015

Un sencillo gesto.

Los corredores amateur solemos ser disciplinados, y cuando se acerca una carrera, un nuevo reto, entrenamos y nos preparamos para afrontarla en las mejores condiciones posibles.
Yo estoy en esa fase, y el 10 de mayo quiero correr la media maratón de Zaragoza; para ello hago series, cuestas y tiradas más largas según toca.
Hoy tocaba tirada larga, 15 kilómetros para coger fondo, habituando al cuerpo a un esfuerzo, en lo temporal, más largo que el trabajo normal.
Para estos recorrido tratar de elegir bien el día, que no tengas prisa, y te encuentres animado y con fuerza.


Pero en ocasiones, sobre todo al comenzar la carrera sientes dudas, flaqueas y tu determinación se tambalea.
Hoy me ha pasado a mí, eso sí, durante unos instantes. Porque al momento me he cruzado con un corredor veterano, como yo, que al verme (no nos conocíamos por supuesto) me ha sonreído y me ha hecho un gesto de complicidad. Ese sencillo gesto de ánimo ha cambiado mi mañana; como un resorte y tras corresponder a su saludo, me he venido arriba, he empezado a coger ritmo, y mi determinación ya no ha fallado.
Y es que en ocasiones un gesto tan sencillo, cuando estás realizando un esfuerzo importante, basta para impulsarte, seguir y concluir tu tarea con éxito.
Cuantas veces miembros de nuestros equipos, que están realizando un gran esfuerzo, necesitarán un pequeño impulso, un gesto, un roce, una palabra de complicidad…¿Se lo damos siempre? Yo lo recomiendo con fervor, pues funciona.
Hoy yo lo he sentido, por eso quería compartir esta reflexión con vosotros y de paso agradecer ese sencillo al compañero corredor, que tanto bien me ha hecho en el día de hoy.

Os deseo un gran fin de semana!!

domingo, 22 de febrero de 2015

Comienza la segunda parte.


Venía reflexionando sobre la futilidad de la vida, que es un ejercicio que hago de vez en cuando, tampoco se crean que todos los días,  poniendo un poco cara de interesante y dejando la mirada perdida, como en los anuncios de perfumes….cuando de pronto me detuve, y me sobrevino una inspiración: me di cuenta de que iba a tomar una decisión, y no una decisión cualquiera, no, sino una determinación trascendente que probablemente fuese a marcar el resto de mis días.
Precisamente de eso se trata, del resto de mis días, porque he decidido que voy a vivir hasta los 90, y en mi mente visualizo una señal de esas que limitan la velocidad máxima por carreteras secundarias.
90 es una buena cifra, y me parece una decisión acertada, es suficiente y no es una barbaridad, es un período que vivido con salud, da mucho de sí, la verdad.
Tomar una decisión de este tipo da un poco de vértigo, no se crean, pero bueno, en la vida de vez en cuando debemos adoptar caminos, elegir, y yo lo acabo de hacer, mira tú por dónde.
Todo este planteamiento en realidad no es fruto del azar, sino de la necesidad de aprovechar al máximo cada momento; como saben mis allegados mañana cumplo 46 años, además en una fecha señalada, el 23 de febrero, pero como esto ocurre cada año de forma inexorable, lo trataremos en otro capítulo.



La cuestión es que adquieres conciencia de que has vivido ya 45 años completos, y te asaltan sentimientos contradictorios: de una lado dices: oye pues no ha estado nada mal, ¿eh? Y repasas un poco tus grandes éxitos y sonríes. De otro te das cuenta de lo rápido que ha sucedido todo y de ahí nace la necesidad de expresarlo, porque te propones firmemente que a partir de este momento cada instante lo vas a devorar y lo vas a sentir como si fuera único. Quizá porque no sabes cuánto vas a durar.
Por ello lo mejor es hacer como yo, tomas tu decisión y te planteas vivir hasta los 90, ya que hasta los 100 puede parecer pretencioso, y así ya no te tienes que preocupar sobre la duración del viaje.
Y claro todo esto lo quiero compartir con vosotros, porque considero, de un lado, que es algo que debéis conocer, y de otro porque llegar hasta aquí ya es en sí mismo algo precioso, y como me habéis acompañado en el camino, os lo quería agradecer.
Y es que en este viaje he tenido muchos compañeros: amigos que me han acompañado en situaciones muy especiales, que por una razones o por otras se han ido apeando en alguna de las estaciones del recorrido, pero que permanecen ahí, en el camino, y con los que siempre vuelvo a encontrarme pues el vínculo es fuerte y la raíz sólida.
Amores también, cómo no, pocos, pero muy importantes, trascendentes, vitales, necesarios, estructurales.
A todos vosotros os dedico la mitad del camino y os agradezco cada momento, desde la sinceridad, el sentimiento y la verdad.
Para esta segunda mitad, cuento con todos vosotros, porque seguro que será más plena, más consciente, más serena, quizá, pero igualmente emocionante, intensa y muy rica.

¡Qué bien se queda uno cuando toma decisiones así!…Os lo recomiendo.

martes, 4 de junio de 2013

CAMPEONES


Campeones.

Creo que nunca había llorado en una cancha de basket, quizá de pequeño, y quizá de rabia, pero no lo recuerdo bien. Quizá cuando me rompí los ligamentos del tobillo.

Pero nunca como público, y desde luego nunca de emoción.

Faltaba más de un minuto para la conclusión del choque, habíamos estado plantando cara a todo un Real Madrid, que en el último cuarto se habían despegado; pero en ese momento la afición caísta, dejando de lado lo que allí sucedía, prorrumpía en un espontáneo grito de Campeones!!!! Campeones!!!!, que se mantuvo puesto en pie, mucho después de haber finalizado el choque.

Faltaba sí,  más de un minuto para terminar el encuentro y he comenzado a llorar, y he visto muchas lágrimas a mi alrededor; lágrimas de emoción y de gratitud, lágrimas de esperanza y de felicidad.

A mi lado lloraba Uma, con la emoción de Pablo Aguilar y lloraban Miguel y Asun, nuestros compañero de asiento durante todos estos largos años.

Las once mil almas que nos acompañaban, unidas por un profundo sentimiento, mostraban su cariño sin límites a un equipo que nos ha devuelto la ilusión.

Muy atrás quedaba aquel partido de pretemporada en Utebo, plagado de dudas y de incógnitas, solo nos queda la gratitud porque Zaragoza ha vuelto, ha vuelto el Cai Zaragoza y han regresado el honor y la gloria.

Gracias, gracias por hacer sentirnos la épica de nuevo, por superar con creces todas nuestras expectativas, gracias por el espectáculo, la garra y la entrega sin límites.

Por hacernos creer en la victoria, por hacernos sentir grandes y orgullosos de nuestro color rojillo.

Y enhorabuena a todos los artífices de la consecución de este logro, porque más allá de méritos baloncestísticos hay que felicitar a todos y cada uno de los responsables de este gran proyecto.

Creía que el partido del pasado domingo frente a Valencia marcaría un hito inigualable en cuanto a grandeza y a la épica de este deporte, sin embargo siempre guardaré en mi corazón este final de temporada, con el hermanamiento vivido, con el cariño y con el afecto desbordado.

Así cuando Pepelu o Henk nos pregunten si estamos preparados, contestaremos raudos que sí, que lo estamos, y ya sabremos su respuesta, porque nos lo han demostrado.

El Cai Zaragoza ha vuelto, y ha vuelto para quedarse.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Querido Henk (de Uma)



Querido Henk:

Te escribo ahora porque estos días se está empezando a hablar más de tu sustituto que de ti, y eso no es justo.
Me llamo Uma, tengo 9 años y voy con mi papá a ver al Cai desde que nací, eso dice mi padre, porque claro, yo no me acuerdo muy bien.

Igual te llama la atención mi nombre, o no, porque pareces muy simpático y seguro que te gusta el cine; para resumir te diré que es por la actriz, Uma Thurman, que es lo que mi padre y yo acabamos diciendo a todo el mundo.

El otro día cuando caíste al suelo mi papá y yo nos cogimos fuerte de la mano, yo no sabía qué estaba pasando pero me impresionó el gran silencio que se hizo en el pabellón, nunca antes había notado una cosa así, porque normalmente hay mucho ruido y alegría, pero el sábado pasado, no, por eso me di cuenta de que era especial.

En ese momento todavía pensábamos que todo habría sido un susto, que habría sido un mal gesto, que podrías viajar a Fuenlabrada, y te podríamos ver otra vez engañando a tu defensor y por la derecha o por la izquierda verte colocarle uno de esos ganchos que mi padre dice que solo le ha visto hacerlos a Gasol.

Sabes, fuimos a veros jugar en Badalona, al pabellón olímpico, y pude comprobar lo mucho que allí te siguen queriendo, además ese día mi padre me explicó muchas cosas, como qué era la cantera, y que en Badalona y en Zaragoza salieron muchos de los mejores jugadores que han tenido estos equipos.
Me alegré mucho de que ganásemos porque nunca se había conseguido.

Me encantaría poder conocerte un día, nunca te he visto, bueno solo en el pabellón, porque yo ya conozco a Rudez, que nos lo encontramos por la calle y a Llompart, que resulta que es vecino; también hablé con Fontet el otro día en el pabellón y me contó que se había lesionado el tobillo el día que ni él ni Damjan pudieron jugar.

Yo me puse muy triste cuando te lesionaste porque siempre desde que llegaste pensé  que eras uno de los mejores pivots que había visto en mi vida.

Pero no solo eso, sino que también recuerdo aquel día en el que no te estaban saliendo bien las cosas al principio, pero la gente te seguía  apoyándote  como  si  nada y al final hiciste un PARTIDAZO. Me impresionó que todos te estábamos animando, porque sabíamos que acabarías metiendo los tiros, porque confiamos en ti, y eso supongo que lo notaste.

Te he estado observando y pienso que tienes un gran corazón, ya que desde el calentamiento, en todos y cada uno de tus actos demuestras tu compañerismo, y tu cariño hacia el equipo y hacia todos y cada uno de los compañeros que lo forman; he visto que haces como un baile con Pablo Aguilar…
A mi me gustaría que te retiraras siendo aun del CAI  ZARAGOZA, porque yo pienso que aquí en Zaragoza has encontrado tu lugar y sobre todo tu equipo de baloncesto.

Además pienso que eres un jugador de baloncesto ya muy importante y que aún vas a serlo mucho más.
Por  todas esas cosas que te acabo de escribir  pienso que si algún día te vas del equipo no podré aceptarlo, estaría  muy triste a todas horas pero nunca te olvidaría.

Te mando mucho ánimo en tu recuperación y un beso muy grande que espero poderte dar un día en persona.




miércoles, 24 de abril de 2013

Corre, Sergio, corre.


Llegas a casa derrotado.

 La tentación de tumbarte en el sofá es grande, pero de pronto algo actúa en ti, te diriges a la habitación y sacas la ropa; buscas las zapatillas y el pulsómetro y te vistes mirándote al espejo.

Resistes la tentación de picar algo antes de salir. Finalmente no puedes más y te comes dos onzas de chocolate.

Sacas del mueblecito de la entrada el ipod, preparas tus llaves en un paquetito para que no te molesten y bajas las escaleras con energía.

El portero te mira con una sonrisa que no sabes interpretar con claridad y sales a la calle; la temperatura es extraordinaria, el cierzo se ha calmado y está nublado: las condiciones externas  no pueden ser más propicias.

Comienzas a trotar suavemente, despacio, intentando acompasar la respiración al esfuerzo inicial; activas el reloj, ya tienes los primeros resultados en forma de pulsaciones.

Te llama la atención una pareja con la que te cruzas apenas has doblado la esquina, ella es muy joven y va perfectamente uniformada, pero su cara refleja un esfuerzo que va más allá del dolor físico; él, que puede doblar su edad, tiene una expresión firme, pero relajada.

Avanzas por la calle y tienes que pararte varias veces por culpa de los semáforos, eso te molesta sobremanera, pues corta un ritmo que hoy te está costando mucho coger; además apenas has comenzado y contemplas 150 pulsaciones en tu pulsómetro.

Tratas de pensar en otra cosa, de buscar un tema que te desconecte y que te impulse.

Nueva parada a causa del tranvía. Ves tu perfil reflejado en una cristalera, metes el estómago y corriges tu posición, estás sudando.

Por fin llegas al parque, encuentras un montón de gente; unos pasean, otros montan en bicicleta, muchos corren, de forma decidida y definitivamente rápida.

Decides girar por la curva, ocupando la parte de la derecha del camino de tierra; te sobrepasan corredores, unos son más jóvenes, otros simplemente más energéticos.

Procuras desechar la fatiga, sabes que se trata de un proceso mental, lo has identificado muchas veces, no puedes pararte, no ahora que apenas llevas 12 minutos.

Buscas en el ipod un tema que te impulse pero no lo encuentras.

Sigues pero estás tocado, procuras pensar en otra cosa pero has entrado en un bucle descendente; te molesta la cinta que llevas debajo del pecho, el polen que flota en el ambiente, el peso de las historias de tu día a día.

No obstante progresas, movido por la inercia de continuar, pero lastrado por tus miedos, que como medusas intentan seducirte para que pares.

Llegas a la cuesta de “las ocas”, una subida corta pero empinada que hace que tus pulsaciones se multipliquen; pese a ello no miras tu reloj.

Continúas por la orilla del canal, los latidos que se precipitaban como una estampida comienzan a calmarse, es justo en ese momento cuando comienzas a disfrutar de tu cadencia, porque de pronto todo se detiene menos tú y comienzas una rítmica carrera impulsado por tus piernas que comienzan a funcionar como un engranaje, sólido y rotundo.

Tu oído se desarrolla y comienzas a sentir y a percibir sensaciones alrededor: escuchas el sonido de una pisada que se aproxima; percibes que el ritmo es superior al tuyo, pero espoleado por algo en tu interior, te proyectas hacia delante, de forma frenética, insensata, vendiendo cara tu posición y mostrando una oposición férrea a ser sobrepasado.

Piensas en tu rival y te sientes orgulloso de vender cara tu derrota. Mientras sigues dándote impulso, percibes que las pisadas se escuchan con menos nitidez: le estás sacando ventaja.

No puedes dar crédito, el esfuerzo inicial concebido como un estertor final, comienza a estirarse y estirarse de forma sorprendente y tu respuesta, lejos de concluir se consolida, y avanzas tanto que no sientes el dolor ni el fuego en el pecho, y sigues y sigues, y te sientes bien y te sientes corredor de nuevo.

Estás lanzado, por el rabillo del ojo ves que tu rival  cruza a la acera que está frente a la tuya, con ese movimiento apenas ganas unos instantes en tu locura, pero por el contrario él parece incendiado en el frenesí que compartís.

Todo se jugará en una recta final, que nuevamente acaba en pendiente; por unos instantes piensas que ya has cumplido, que no aguantarás a ese ritmo, pero espoleado por un espíritu en ti renacido, te vuelcas en darlo todo.

Y ganas, has ganado, y  todo ha merecido la pena. Y bajas el ritmo pero sigues corriendo mucho, mucho rato, porque todo ha cambiado.

Y te sientes bien, pues tus miedos quedan lejos, ya casi ni los oyes.

Sonríes, sonaba “jump” de Van Halen.

jueves, 21 de marzo de 2013

Gestión de catástrofes


He decidido hacerme emprendedor, estoy lanzado en 2013; empecé escribiendo este blog que está resultando un éxito y ahora he creado una empresa.
Se llama gestión de catástrofes y ha superado todas nuestras expectativas.

Para crear una empresa de estas características tienes que rodearte de profesionales competentes de reconocido prestigio; por lo que he acudido a dos personas con las que ya había trabajado en proyectos largos, complejos y llenos de dificultades. Son Chema y Ana; este Chema no es el corredor de los primeros artículos, lo aclaro para que no haya lugar a equívocos y para que el avezado lector no me acuse de  falta de originalidad a la hora de elegir los nombres de los protagonistas de estas historias.

Este Chema es un ingeniero vital, proactivo y cargado de ilusión, cualidades todas ellas que vienen muy bien a la hora de elegir un socio, además es ya de por sí una persona increíblemente positiva, que cada vez que te ocurre algo que tú crees que es una desgracia te suelta...!OYE, PUES MEJOR!!

Al principio la persona receptora de este mensaje suele sorprenderse y hasta aturdirse un poco, pero pasado ese estado inicial, suele empezar una transformación que le conduce a ver la vida de otro color y a tener ganas de cantar y bailar como por ensalmo.

Esto último ocurre mucho en las comedias americanas, y se agradece.
Porque si lo piensan bien, cualquier hecho que te sucede en la vida puede ser contemplado como un regalo, una oportunidad y una esperanza.

¿Qué te han despedido del trabajo? ¡Oye pues mejor¡ Porque así ya no tienes que aguantar a tu jefe, ni madrugar, ni lamentarte porque es lunes.
Cuesta un poco cuando a tu hijo se le ha muerto el hámster, pero cuando ve que ya no tendrá que limpiar la jaula, poco a poco va viendo la luz.
Una persona tan clarividente era necesaria para gestión de catástrofes, una empresa volcada en ayudar a los demás y solventar cualquier incidencia, problema, marrón o desgracia que le pueda suceder al ser humano.
Cuando una persona se dirige a nosotros con un problema, nosotros nos encargamos de solucionarlo, así de simple.

Cada uno tenemos asignado nuestro rol dentro del equipo; así, yo me encargo de recibir a la víctima, y sea lo que sea lo que me cuente yo le digo, con voz grave y profunda: “no se preocupe, nosotros nos encargamos” A veces es necesario repetir la frase dos y hasta tres veces, pero normalmente a la tercera la persona suele abandonar la estancia convencida de que nosotros nos encargamos de todo y ella ya no tiene que preocuparse de nada.

En ocasiones ocurre que el cliente está especialmente afectado, en esos casos y tras la consabida retahíla de no se preocupe, nosotros nos encargamos de todo, es cuando sale Chema y le da un abrazo al cliente, (lo cual siempre reconforta) y le indica: “le vamos a ayudar”, frase que como mucho repetirá como un mantra hasta tres veces.

Así, nuestro cliente sale de nuestras instalaciones mucho más aliviado porque:
a) Sabe que no ha de preocuparse, que nosotros nos encargamos de todo
b) Sabe que le vamos a ayudar.
c) Sabe que en está en manos de profesionales que se van a encargar de su problema.

Como estamos empezando, necesitamos liquidez para hacer frente a los primeros gastos, Es por ello que exigimos a nuestros clientes el depósito de un cantidad inicial de 6.000€, para comenzar con nuestra actividad; ¿Les parece mucho? Si lo piensan no es tanto, ya que han recibido asesoramiento de dos personas expertas y además una vez que comprobamos que se ha efectuado la transferencia procedemos a obsequiarle con un cubo de Rubik, instándole a que lo resuelva y cuando lo haya hecho nos llame para comprobar la evolución de su caso.
Como la mayoría lo tira a la basura a los dos días solemos disponer de bastante tiempo para resolver los temas.
Eso sí les recomiendo que se fijen en las manos de sus clientes y si tienen artrosis no les den el cubito de marras.

También recomendamos que si el problema que usted tiene es una invasión de cucarachas, llame primero a gestión de plagas, pues tienen más experiencia en ese campo que nosotros; justo es reconocerlo. Por este trámite no cobramos cantidad alguna.

Frecuentemente solemos mediar en el campo de las relaciones laborales, cuando empresa o trabajador tienen un conflicto, si un trabajador, por poner un caso, no está a gusto y plantea que en la empresa no le reconocen, le ningunean o le presionan en exceso, la solución es muy fácil, que deje de sufrir y se vaya; a veces solo necesitamos que una persona desde fuera, sin estar contaminado con el problema dictamine una solución rápida. De ello se encarga Ana nuestra sicóloga, esa es su especialidad y disfruta mucho con su trabajo, y claro eso se nota, y consigue resultados.

Ana desde luego no se ha acomodado en su zona de confort, más bien dio un portazo y convive, como pez en el agua, en la zona de pánico: lo que más le gusta por encima de todo es agarrar al cliente por las solapas, alzarlo y gritarle en su cara: ¡Si no cambias te vas a morir!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Créanme que da resultado, sobre todo con los indecisos a los que mis tres frases iniciales, el abrazo de Chema y su intención inequívoca de ayudarle y el cubo de Rubik, no acaban de convencer.
Nuestra misión en definitiva es solucionar problemas, no crearlos, bastante gente tenemos a nuestro alrededor dando por el saquete.
En consecuencia, si tienen un problema, ya saben dónde acudir.

jueves, 14 de marzo de 2013

Sí, yo juego a la Supermanager


Yo en realidad empecé a escribir el blog para ligar, y porque estaba hasta ya hasta las narices de no comerme un colín en la super manager de baloncesto con mis amigos.

Necesitaba una válvula de escape, los domingos y lunes posteriores se estaban convirtiendo en una fuente de estrés aterradora.

Uno planea sus cambios habiendo tenido en cuenta las estadísticas, los rivales, si juegan en casa o fuera, la temperatura ambiente, si ha habido lesionados, pero es inútil, te metes en la página y compruebas que Carrol ha valorado menos siete.

Porque además no estamos hablando del juego y ya está, que te permite tus cambios, no, no...yo estoy en una liga privada, donde las condiciones son leoninas y las posibilidades de sumirte en el pozo, infinitas.
La liga privada este año se llama Wellcome Fermo, pero podría haberse llamado amigos de casa Charo o de cualquier otra forma estrambótica, fruto de nuestras atribuladas mentes.

El diseño de la liga privada está en manos de un comisario, el comisario Esteve. Esteve  es un hombre taimado y peligroso que cada verano en su retiro vacacional se dedica a urdir cambios para que mis posibilidades de éxito mengüen de forma exponencial; pese a sus normas y restricciones (existen una serie de jugadores prohibidos, que si están en otros equipos de tus rivales ya no puedes optar) goza de una inmensa popularidad entre los participantes, que de forma inexorable le envían loas y parabienes, y cada viernes a través del foro de comunicación interno lo ensalzan con un Viva el Comisario Esteve!!!

El comisario Esteve junto con otros dos siniestros personajes, trabajan en un despacho de abogados de nombre anglosajón, ubicado en una céntrica calle de la ciudad  de Zaragoza. No revelaré los nombres de estos dos señores por miedo a la adopción de represalias que puedan poner en peligro mi integridad física y psíquica  o la de mi familia, pero baste decir que a uno de ellos tardamos los demás miembros más de un año en conocerlo y todo ello tras la misteriosa desaparición de un informático bonachón, del cual nunca más volvimos a saber, tras su desafortunado periplo por los lavabos de una conocida cadena de restaurantes de comida rápida.

El otro abogado, al que llamaremos “sector 15” es en apariencia un elegante y educado letrado, que tras su sonrisa esconde un peligroso “hyde” capaz de sonrojar al más aguerrido camionero.

Este grupo del terror, del que cada año intento salir sin conseguirlo, tiene a su vez otros miembros, ente los que encontramos un taimado ingeniero que desde Alemania ha elaborado un sofisticado y complejo programa informático, que en apenas unas centésimas de segundo es capaz de proporcionarle las mejores combinaciones de jugadores en tiempo récord.

Lo ha patentado él mismo por las influencias que tiene en la oficina de Münich y hace tiempo que vive de los réditos que le proporciona el sistema.

El escuadrón además está compuesto por otros miembros igualmente singulares, entre los que destaca un milenario seguidor del Cai, del antiguo, por supuesto, al que fueron transportando desde el antiguo pabellón de la Cazar, al Huevo y de ahí al pabellón Príncipe Felipe.

Su peor época fue desde 1996 hasta 2002, en la que anduvo errante y algo desnutrido debido a la desaparición del antiguo Amway Zaragoza.

El grupo se completa con un neoliberal con fuertes apoyos empresariales; hombre recto y temeroso de Dios que no se anda con chiquitas y no pierde el tiempo con argumentaciones fútiles o banales y que nos insta a contestar los correos con celeridad en aras a la obtención de la máxima productividad y rendimiento.

Finalmente, como compañero de últimas posiciones en esta peculiar liga se encuentra Fermín, provocador, elegante, runner y bon vivant que no logra salir de la última posición debido de un lado al complot que nos impide avanzar, y de otro de su atávica mala suerte que hace que cada vez que elija a un jugador, este inexorablemente se lesione.

Se da la circunstancia de que a excepción mía, el resto de la  totalidad de miembros de esta curiosa comunidad, compartieron vestuario en un equipo de fútbol 7 denominado casa Charick, debido al patrocinio de este reputado lupanar, el cual todavía suelen frecuentar para conmemoraciones, eventos y celebraciones varias de cualquier índole.
Los vínculos de pertenencia que se han tejido a lo largo de todos estos años hacen muy complicada para un neófito como yo la integración adecuada y suficiente, pues no resulta sencillo captar todos los matices de tan compleja relación.
Las conversaciones acerca de albóndigas en salsa de almendras, el empleo de bolas procedentes de oriente, la promulgación del sufragio censitario o la verdadera posición que ocupó Sibilio se mezclan como un torbellino, devorando a quien no esté lo suficientemente ágil como para dar un salto y esquivar la catástrofe que se te viene encima como si fuese un tranvía de...Zaragoza.

Ahora bien lo que realmente suscita un debate enconado, un enfrentamiento sin cuartel, una guerra abierta donde los cadáveres se acumulan en la cuneta, es Jones.
Sí, Jones, que se pronuncia como se lee, con jota, Es decir, Jones, no “Youns”.
Para los no iniciados indicaré que todos los participantes de este foro somos amantes del baloncesto en general y del cai Zaragoza en particular; que el amigo Jones es un pivote negro orondo, lento y torpón, que saca lo peor de alguno de nosotros, fundamentalmente porque alguno le defiende, al recordarle a los pivots clásicos de los 80.

Es muy probable que sin Jones estuviésemos mejor clasificados, pero no sé si viviríamos mejor, porque sentiríamos un profundo vacío.

En fin, os dejo, que voy penúltimo, tengo que hacer mis cambios, porque sino seré penalizado sin piedad por el comisario  y sus frenéticos secuaces.

Ah y ¡Viva el Comisario Esteve!