Yo en realidad empecé a escribir el blog para ligar, y porque estaba hasta ya hasta las narices de no comerme un colín en la super manager de baloncesto con mis amigos.
Necesitaba una válvula de escape, los domingos y lunes posteriores se estaban convirtiendo en una fuente de estrés aterradora.
Uno planea sus cambios habiendo tenido en cuenta las estadísticas, los rivales, si juegan en casa o fuera, la temperatura ambiente, si ha habido lesionados, pero es inútil, te metes en la página y compruebas que Carrol ha valorado menos siete.
Porque además no estamos hablando del juego y ya está, que te permite tus cambios, no, no...yo estoy en una liga privada, donde las condiciones son leoninas y las posibilidades de sumirte en el pozo, infinitas.
La liga privada este año se llama Wellcome Fermo, pero podría haberse llamado amigos de casa Charo o de cualquier otra forma estrambótica, fruto de nuestras atribuladas mentes.
El diseño de la liga privada está en manos de un comisario, el comisario Esteve. Esteve es un hombre taimado y peligroso que cada verano en su retiro vacacional se dedica a urdir cambios para que mis posibilidades de éxito mengüen de forma exponencial; pese a sus normas y restricciones (existen una serie de jugadores prohibidos, que si están en otros equipos de tus rivales ya no puedes optar) goza de una inmensa popularidad entre los participantes, que de forma inexorable le envían loas y parabienes, y cada viernes a través del foro de comunicación interno lo ensalzan con un Viva el Comisario Esteve!!!
El comisario Esteve junto con otros dos siniestros personajes, trabajan en un despacho de abogados de nombre anglosajón, ubicado en una céntrica calle de la ciudad de Zaragoza. No revelaré los nombres de estos dos señores por miedo a la adopción de represalias que puedan poner en peligro mi integridad física y psíquica o la de mi familia, pero baste decir que a uno de ellos tardamos los demás miembros más de un año en conocerlo y todo ello tras la misteriosa desaparición de un informático bonachón, del cual nunca más volvimos a saber, tras su desafortunado periplo por los lavabos de una conocida cadena de restaurantes de comida rápida.
El otro abogado, al que llamaremos “sector 15” es en apariencia un elegante y educado letrado, que tras su sonrisa esconde un peligroso “hyde” capaz de sonrojar al más aguerrido camionero.
Este grupo del terror, del que cada año intento salir sin conseguirlo, tiene a su vez otros miembros, ente los que encontramos un taimado ingeniero que desde Alemania ha elaborado un sofisticado y complejo programa informático, que en apenas unas centésimas de segundo es capaz de proporcionarle las mejores combinaciones de jugadores en tiempo récord.
Lo ha patentado él mismo por las influencias que tiene en la oficina de Münich y hace tiempo que vive de los réditos que le proporciona el sistema.
El escuadrón además está compuesto por otros miembros igualmente singulares, entre los que destaca un milenario seguidor del Cai, del antiguo, por supuesto, al que fueron transportando desde el antiguo pabellón de la Cazar, al Huevo y de ahí al pabellón Príncipe Felipe.
Su peor época fue desde 1996 hasta 2002, en la que anduvo errante y algo desnutrido debido a la desaparición del antiguo Amway Zaragoza.
El grupo se completa con un neoliberal con fuertes apoyos empresariales; hombre recto y temeroso de Dios que no se anda con chiquitas y no pierde el tiempo con argumentaciones fútiles o banales y que nos insta a contestar los correos con celeridad en aras a la obtención de la máxima productividad y rendimiento.
Finalmente, como compañero de últimas posiciones en esta peculiar liga se encuentra Fermín, provocador, elegante, runner y bon vivant que no logra salir de la última posición debido de un lado al complot que nos impide avanzar, y de otro de su atávica mala suerte que hace que cada vez que elija a un jugador, este inexorablemente se lesione.
Se da la circunstancia de que a excepción mía, el resto de la totalidad de miembros de esta curiosa comunidad, compartieron vestuario en un equipo de fútbol 7 denominado casa Charick, debido al patrocinio de este reputado lupanar, el cual todavía suelen frecuentar para conmemoraciones, eventos y celebraciones varias de cualquier índole.
Los vínculos de pertenencia que se han tejido a lo largo de todos estos años hacen muy complicada para un neófito como yo la integración adecuada y suficiente, pues no resulta sencillo captar todos los matices de tan compleja relación.
Las conversaciones acerca de albóndigas en salsa de almendras, el empleo de bolas procedentes de oriente, la promulgación del sufragio censitario o la verdadera posición que ocupó Sibilio se mezclan como un torbellino, devorando a quien no esté lo suficientemente ágil como para dar un salto y esquivar la catástrofe que se te viene encima como si fuese un tranvía de...Zaragoza.
Ahora bien lo que realmente suscita un debate enconado, un enfrentamiento sin cuartel, una guerra abierta donde los cadáveres se acumulan en la cuneta, es Jones.
Sí, Jones, que se pronuncia como se lee, con jota, Es decir, Jones, no “Youns”.
Para los no iniciados indicaré que todos los participantes de este foro somos amantes del baloncesto en general y del cai Zaragoza en particular; que el amigo Jones es un pivote negro orondo, lento y torpón, que saca lo peor de alguno de nosotros, fundamentalmente porque alguno le defiende, al recordarle a los pivots clásicos de los 80.
Es muy probable que sin Jones estuviésemos mejor clasificados, pero no sé si viviríamos mejor, porque sentiríamos un profundo vacío.
En fin, os dejo, que voy penúltimo, tengo que hacer mis cambios, porque sino seré penalizado sin piedad por el comisario y sus frenéticos secuaces.
Ah y ¡Viva el Comisario Esteve!